Hace 16 años, este Centro abrió sus puertas por primera vez,
un día señalado en el calendario nacional por ser el Día de Todos Los Santos.
Al igual que ha ocurrido con otras festividades en este tiempo de pandemia, la
celebración se ha desarrollado en el interior de la Residencia sin público
asistente por las medidas de prevención y control de la Covid19. Cada uno de
nuestros residentes, ha estampado su huella dactilar en un lienzo con el dibujo
del árbol de la vida, simbolizando y dando valor a la vida de tantos años. El
lienzo ha quedado expuesto en la entrada de la Residencia y cada nuevo residente que realice el ingreso
estampará su huella en el mismo para ir creando un árbol lleno de vida,
frondoso y fuerte. Un árbol que no sucumbirá ante ninguna tempestad y con
enormes raíces que lo fijan a su tierra.
En el XVI Aniversario de la Residencia, el reconocimiento es
nuevamente para nuestros residentes. Son personas luchadoras, generosas y
tremendamente humanas. Esta última cualidad la han demostrado en esta terrible
pesadilla vivida. Las desoladoras noticias con la que nos despertábamos todos
los días hablaban de sufrimiento, soledad, enfermedad y muerte. Reconociendo la
vulnerabilidad de las personas de edad, sus oraciones siempre han ido dirigidas
hacia los demás, en un alarde constante de empatía hacia el sufrimiento ajeno.
Este tiempo pasado nos ha hecho reflexionar sobre el servicio
que ofrecemos a las personas que atendemos y se ha puesto de manifiesto la
necesidad de contar más con su participación en el propio proceso de atención.
La importancia del cuidado es saber ofrecer aquello que la persona demanda y
necesita y para ello, es necesario e imprescindible una comunicación constante,
real y efectiva. Será un proceso de mejora continua donde nos marcarán el
rumbo, el destino será aquel que elijan y que por supuesto, no será el mismo
para todos, ya que, la atención, debe ser personalizada.
Es un privilegio trabajar para mejorar su calidad de vida y
es hora de devolverles el esfuerzo y sacrificio de toda una vida sin pedir nada
a cambio. Lamentablemente, ha tenido que aparecer una pandemia para que todos
hayamos puesto el foco en las personas mayores y desgraciadamente, muchas vidas
se han perdido. Desde la Residencia Municipal de
Mayores FERNANDO SANTOS se han realizado todos los esfuerzos posibles
para protegerlos, entendiendo que las medidas eran extremadamente duras, pero,
a día de hoy, podemos decir que fueron efectivas, tras el resultado obtenido. No
ha sido nada fácil, pero nuestro objetivo ha sido siempre salvaguardar sus
vidas, nada más y nada menos.
Un año más, llegado este 1 de Noviembre, día del Aniversario
de la Residencia, queremos transmitir la importancia que para toda sociedad que
se precie, tienen las personas mayores.
Todas y cada una, tienen una historia de vida digna de ser reconocida.
Todas y cada una, son importantes. La dependencia o la enfermedad solo son
circunstancias que cualquiera puede padecer, pero que no nos definen. Nuestros
mayores son personas con historia, con deseos, con sentimientos, con
ilusiones,… y nosotros estamos aquí para ayudarles, con nuestro apoyo, a
continuar con su historia de vida.
Para finalizar, un deseo cargado de ilusión: ¡Ojalá, seamos
capaces de construir, entre todos, un hogar donde se sientan queridos,
admirados y respetados!. Estamos convencidos que el mundo puede mejorar si cada
día nos dedicamos a ello.
Inmaculada Gil García
Directora del Centro