Es el mes de marzo en Añora y por las calles empieza a observarse un curioso ir y venir de mujeres que portean cajas cuyo contenido está cubierto por trapos. En casas, cocheras y naves se sienten murmullos que hablan de trazos a seguir y adornos que moldear. Las cruceras y algún que otro crucero trabajan con todo su afán para poder regalarnos un año más la magia de las Cruces de Añora.